viernes, 18 de junio de 2010

Théodor Géricault (Ruán, Francia, 1791-París, 1824)

Pintor que fue una figura singular en el panorama de la pintura francesa y un pionero del Romanticismo. En 1798 se trasladó con su familia a París, donde se formó artísticamente en los estudios de Vernet y de Pierre Guérin. Su estilo se debe en buena medida a las copias de obras maestras que realizó en el Louvre y a una estancia en Italia, donde entró en contacto con la obra de Miguel Ángel y con el barroco romano.
Su primera gran obra, Oficial de cazadores a la carga, exhibida en el Salón de París de 1812, reveló la influencia del estilo de Rubens y un interés en la representación de un asunto contemporáneo. Este éxito de juventud, fue seguido de un cambio de dirección: durante los siguientes años Géricault produjo una serie de pequeños estudios de caballos y caballeros. En los siguientes dos años pasó por un estudio auto-impuesto de construcción y composición de figuras, mientras evidenciaba una predilección personal por el drama y la fuerza expresiva.
Tras fracasar en el concurso del gran Premio de Roma, decide viajar a Italia por su cuenta. Queda muy impresionado ante los pintores del Renacimiento italiano, en especial ante Miguel Ángel, así como ante el flamenco Rubens. Este viaje a Florencia y Roma fue provocado en parte por el deseo de huir de un lío romántico con su tía, a quien dejó embarazada.
Este viaje hizo nacer su fascinación por Miguel Ángel. La propia Roma le inspiró la preparación de un lienzo monumental, la Carrera de los caballos Barberi, una obra de composición épica y tema abstracto. Al final, Géricault nunca acabó la pintura, y regresó a Francia.
La carrera de Géricault como pintor se extiende a lo largo de diez años, pese a lo cual su obra es notable y abundante. En sus primeras realizaciones (La muerte de Hipólito, La captura del caballo salvaje), un planteamiento todavía clásico va acompañado de una materia pictórica rica y pastosa, y de un modelado de las figuras a través de la luz, que son ya rasgos claramente románticos.
En 1819 pintó y expuso en el Salón de aquel año, en París, su pintura más famosa: La balsa de la Medusa, que ganó una medalla y produjo una profunda conmoción. El cuadro aludía al naufragio de la Medusa en 1816, un acontecimiento de la época con fuertes connotaciones políticas, tratado con acentos épicos. Tanto por el tema como por el enfoque, el lienzo era de una absoluta novedad y ejerció una influencia duradera.
De 1820 a 1822, estuvo en el Reino Unido, donde pintó sobre todo carreras de caballos, en respuesta a su gran afición al mundo de la hípica. Hacia 1822-1823 realizó una excepcional serie de retratos de enfermos mentales, como preparación para una obra que no llegó a ejecutar; en retratos de sorprendente esencialidad y de un realismo crudo, connatural este último a su estilo. Fue amigo de Delacroix, su principal epígono y continuador artístico.

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